martes, 18 de noviembre de 2014

1ª Conferencia sobre santa Teresa

Con motivo del Año Jubilar teresiano, cinco siglos de su nacimiento, la Iglesia está de fiesta: ¡bien lo merece santa Teresa de Jesús!



Los días 15 de cada mes me invitó un compañero y amigo sacerdote a que en su parroquia, que lleva el título de "Santa Teresa", impartiera una conferencia para dar a conocer la persona y el magisterio de esta Doctora de la Iglesia. Las mismas conferencias las estoy impartiendo también los primeros viernes de mes en el Convento de Carmelitas Descalzas de Córdoba y en algunos otros sitios como clases o "Curso teresiano". Forma parte del ministerio como profesor de teología en mi diócesis: enseñar, predicar, a tiempo y a destiempo.

El programa de las conferencias es éste:


1) Teresa de Jesús: trayectoria vital, la Gracia en ella

2) Maestra de orantes, doctora de la Iglesia

3) Reformadora, fundadora y caminante (Libro de las Fundaciones)

4) Cristología teresiana: “¡de Jesús!”

5) Camino de perfección, el catecismo teresiano

6) El amor-fraternidad del verdadero orante

7) El proceso y la meta (Las Moradas del Castillo interior)

8) Criterio de discernimiento: la paz (Meditaciones sobre el Cantar)

9) Una mística para el apostolado y las obras



Mi obispo -al que le agradezco sumamente el detalle- encargó a mi compañero y párroco de Sta. Teresa que se grabasen en video o en audio las conferencias y subirlas a la web de mi diócesis (www.diocesisdecordoba.com) para darle mayor difusión.

Aquí tenéis el enlace donde están la 1ª conferencia: http://www.diocesisdecordoba.com/conferencias-con-motivo-del-jubileo-teresiano/

En vez de leer -como siempre en este blog- toca escuchar a este servidor. Es otro modo virtual.

¿Os agradará? ¡Espero que sí!


1 comentario:

  1. Y, además, de impartirlas (las conferencias) muy bien, por su contenido merece la pena oírlas.

    Vuestra soy, para Vos nací,
    ¿Qué mandáis hacer de mí?
    ...

    Vuestra soy, pues me criastes,
    Vuestra, pues me redimistes,
    Vuestra, pues que me sufristes,
    Vuestra, pues que me llamastes,
    Vuestra, porque me esperastes,
    Vuestra, pues no me perdí.
    ¿Qué mandáis hacer de mí?

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