domingo, 29 de abril de 2012

Las celebraciones de la palabra (III)

Ya sabemos de la antigüedad y del uso litúrgico de estas celebraciones de la palabra de Dios. Ahora, hoy, para nosotros, se proponen igualmente para especiales momentos según orienta la Iglesia: ferias de Adviento y Cuaresma, vigilias de fiestas, peregrinaciones, etc.


Conocemos, asimismo, su utilidad y beneficio espiritual en el catecumenado según el Ritual de la Iniciación cristiana de adultos, extensivas por tanto para otros procesos formativos de adultos, y las ventajas que contienen cuando se celebran con niños, educándolos en la escucha, el silencio, el canto y la liturgia misma, según el Directorio para las Misas con niños.

Pero hay más libros litúrgicos que señalan su utilidad y, sin ser exhaustivos ya que todo sacramento tiene realmente una celebración de la palabra, continuamos nuestro recorrido. Éste nos permitirá tener ideas exactas sobre las celebraciones de la palabra, pero también, según cada uno su ámbito y responsabilidad, enriquecer la vida litúrgica y catequética de su parroquia (o Monasterio o comunidad, etc.).

 

            c) En los Seminarios y en todo proceso serio de formación

A los seminaristas, en la Instrucción “In ecclesiasticam futurorum”, se les recomienda que participen en el seminario de estas celebraciones de la Palabra por su alto nivel instructivo y espiritual, así como la pedagogía litúrgica que se les ofrece; por extensión, podría ser un método altamente recomendable en otros ámbitos formativos, inclusive las catequesis de adultos:

El conocimiento de la liturgia, que se considera necesario para el sacerdote y que debe conseguido en el seminario, requiere una lectura asidua de la Sagrada Escritura, como recomienda la Constitución Sacrosanctum Concilium, y una cierta familiaridad con los escritos de los Padres. Adquieran los seminaristas esta disposición de ánimo gradualmente, a medida que avanzan en los estudios, en la vida espiritual y en la participación en la celebración litúrgica, especialmente en la Liturgia de las Horas y en las celebraciones de la palabra de Dios. Debe procurarse además que, con estos esfuerzos y con un particular estudio, los alumnos sean llevados a la comprensión del lenguaje simbólico de la liturgia, que con los signos sensibles, las palabras, los gestos, las cosas y las acciones expresa las realidades divinas y las produce en los sacramentos” (n. 11).


            d) En el marco de los Congresos Eucarísticos

Esos mismos objetivos se advierten cuando se trata de realizarlas en el marco de un Congreso eucarístico:


“Las celebraciones de la palabra de Dios, las sesiones catequéticas y otras reuniones públicas tiendan sobre todo a que el tema propuesto se investigue con mayor profundidad, y se propongan con mayor claridad los aspectos prácticos a fin de llevarlos a efecto” (RCCE 112).


            e) Celebraciones penitenciales de la palabra

Ya sabemos que en las ferias de Adviento y Cuaresma se recomienda especialmente este tipo de celebraciones de la Palabra. El Ritual de la Penitencia, por su parte, subraya cómo las celebraciones de la Palabra pueden ser penitenciales –no sacramentales, y no confundirse con el sacramento de la Penitencia-, fomentando el espíritu de conversión. Las celebraciones de la palabra de Dios, en Adviento y Cuaresma, pueden tener un tono penitencial por sus oraciones, lecturas y cantos, sirviendo para preparar a la celebración del Sacramento de la Penitencia y suscitar la contrición; serán ayudas eficaces para los catecúmenos que se preparan al Bautismo así como para todos los fieles:

“Las celebraciones penitenciales son reuniones del pueblo de Dios para oír la palabra de Dios, por la cual se invita a la conversión y a la renovación de vida, y se proclama, además, nuestra liberación del pecado por la muerte y resurrección de Cristo. Su estructura es la que se acostumbra a observar en las celebraciones de la palabra de Dios…

Téngase cuidado de que estas celebraciones no se confundan, en la apreciación de los fieles, con la misma celebración del sacramento de la penitencia. Sin embargo, estas celebraciones penitenciales son muy útiles para promover la conversión y la purificación del corazón.

Las celebraciones penitenciales son muy útiles principalmente:

-para fomentar el espíritu de penitencia en la comunidad cristiana;
-para ayudar la preparación de la confesión que después, en momento oportuno, puede hacerse en particular;
-para educar a los niños en la formación gradual de su conciencia del pecado en la vida humana y de la liberación del pecado por Cristo;
-para ayudar a los catecúmenos a la conversión” (RP 36-37).

 Hay palabras que se repiten en estos documentos de la Iglesia y libros litúrgicos, y es "educar", es decir, se confía en la capacidad pedagógica de las celebraciones de la palabra y su carácter didáctico para educar el corazón e iluminar la inteligencia.

Muchos de los fallos de la catequesis, especialmente de adultos, ha sido su carácter ideologizante, donde sólo se destacaba la transmisión de ideas, tendentes al compromiso, la toma de conciencia, la solidaridad y los valores, y el escaso interés por la experiencia litúrgica, su introducción a la liturgia y la escucha de la Palabra de Dios en ámbito litúrgico.

El mismo Directorio General de Catequesis señalaba ese defecto: 

 « La catequesis está intrínsecamente unida a toda la acción litúrgica y sacramental ». A menudo, sin embargo, la práctica catequética muestra una vinculación débil y fragmentaria con la liturgia: una limitada atención a los signos y ritos litúrgicos, una escasa valoración de las fuentes litúrgicas, itinerarios catequéticos poco o nada conectados con el año litúrgico y una presencia marginal de celebraciones en los itinerarios de la catequesis" (n. 30).

La catequesis -de niños, jóvenes y adultos- que esté vinculada a la experiencia litúrgica y sepa sabiamente emplear las celebraciones de la Palabra, educará de modo íntegro y completo todas las dimensiones del ser cristiano. Así, "la educación litúrgica, por ejemplo, necesita explicar qué es la liturgia cristiana y qué son los sacramentos, pero también debe hacer experimentar los diferentes tipos de celebración, descubrir y hacer amar los símbolos, el sentido de los gestos corporales, etc.." (DGC 87).


Es todo un camino para recorrer, pero también es una mentalidad nueva que conlleva conocer bien la liturgia y sus distintos libros litúrgicos, sus posibilidades, e insertarlas a lo largo de los diferentes procesos catequéticos y formativos.


4 comentarios:

  1. Las celebraciones penitenciales de la palabra, esas grandes desconocidas. Gracias por recordarlas, que algunos ya dudaban de su existencia.

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    1. Yo mismo nunca he estado en ninguna celebración penitencial; sólo he estado en la Forma B del sacramento: celebración comunitaria de la Penitencia con confesión y absolución individual.

      Pero he intentado recorrer los libros litúrgicos donde se ofrece la posibilidad de esta liturgia de la Palabra, simplemente para señalar que existe y lo que dijimos al principio de esta serie, que liturgia no es igual a Misa, que ese binomio hay que romperlo, porque la liturgia es mucho más rica y adaptada los distintos momentos de la vida cristiana, y no todo se resuelve con un "decimos una misa", de cualquier forma y por cualquier motivo.

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  2. Hoy cuando, tal y como advirtió el Papa Juan Pablo II, la búsqueda de la verdad última parece a menudo oscurecida, es imprescindible educar, enseñar, desarrollar, perfeccionar, dirigir. Y este blog así lo hace gracias a don Javier.

    "Llevados por el Espíritu Santo hablaron los hombres de parte de Dios" (II Pedro). "Toda escritura divinamente inspirada, es también provechosa para la enseñanza, para la reprensión... " (II Timoteo); Los textos se iluminan unos con otros y se complementan mutuamente, la Escritura se interpreta no fragmentariamente sino de manera unitaria y global, porque toda ella, en su totalidad unitaria, es palabra y revelación de Dios.

    Me parece acertadísima la Liturgia de la Palabra para la preparación del sacramento de la penitencia. Hoy, domingo del Buen Pastor y XLIX Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, celebra la Iglesia la vida de santa Catalina de Siena, la santa del conocimiento de sí mismo, que se dirigía a Jesús así: “yo soy el ladrón y Tú eres el ajusticiado en lugar mío” porque la relación del pecado del hombre con el sufrimiento y muerte de Cristo en la cruz era evidente para ella.

    ¡Qué Dios les bendiga!

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    1. Gracias, Julia María.

      Repito: se trata de mostrar la variedad y riqueza de la Liturgia.

      Una celebración de la Palabra relaciona unos textos bíblicos con otros iluminándolos y además hechos oración con los salmos y las oraciones sacerdotales, ya sea en el catecumenado, en una Vigilia, en una peregrinación, en un grupo de niños, en un Congreso eucarístico, etc.

      La tan llevada y traída "creatividad" como sinónimo de inventar choca de bruces con la tremenda creatividad oculta en los libros litúrgicos (posibilidad de celebraciones de la Palabra, Liturgia de las Horas, Bendiciones, etc.).

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