martes, 1 de noviembre de 2011

Imprimir a Cristo en nosotros

Cuanto más descubramos lo teologal de la santidad, mejor la viviremos. ¿Y qué es lo teologal? Que la santidad es más la obra de la gracia en nosotros que nuestros propios esfuerzos, compromisos y objetivos; es una pasividad activa, una disponibilidad receptiva más que pensar que nos hacemos santos nosotros por ser muy buenos, o muy comprometidos, o muy solidarios.


¿Qué realiza la Gracia en nosotros? Imprimir a Cristo en nosotros, reproducir el rostro de Cristo en nosotros para transparentarlo.

"La solemnidad de todos los santos, que hoy celebramos, nos invita a elevar la mirada al Cielo y a meditar en la plenitud de la vida divina que nos espera.  "Somos hijos de Dios, y lo que seremos no se ha manifestado todavía" (1Juan 3, 2): con estas palabras el apóstol Juan nos asegura la realidad de nuestra futura relación con Dios, así como la certeza de nuestro destino futuro. Como hijos amados, por este motivo, recibimos también la gracia para soportar las pruebas de esta existencia terrena, el hambre y la sed de justicia, las incomprensiones, las persecuciones (Cf. Mateo 5, 3-11), y al mismo tiempo heredamos ya desde ahora lo que se promete en las bienaventuranzas evangélicas, "en las cuales resplandece la nueva imagen del mundo y del hombre que inaugura Jesús" (Benedicto XVI, Gesù di Nazaret, Milán 2007, 95; Jesús de Nazaret). La santidad, imprimir a Cristo en uno mismo, es el objetivo de la vida del cristiano. El beato Antonio Rosmini escribe: "El Verbo se había impreso a sí mismo en las almas de sus discípulos con su aspecto sensible... y con sus palabras... había dado a los suyos esa gracia... con la que el alma percibe inmediatamente al Verbo" (Antropologia soprannaturale, Roma 1983, 265-266, Antropología sobrenatural). Y nosotros experimentamos con antelación el don de la belleza de la santidad cada vez que participamos en la Liturgia eucarística, en comunión con la "multitud inmensa" de los bienaventurados, que en el Cielo aclaman eternamente la salvación de Dios y del Cordero (Cf. Apocalipsis 7, 9-10). "La vida de los Santos no comprende sólo su biografía terrena, sino también su vida y actuación en Dios después de la muerte. En los santos es evidente que, quien va hacia Dios, no se aleja de los hombres, sino que se hace realmente cercano a ellos" (encíclica Deus caritas est, 42).
Consolados por esta comunión de la gran familia de los santos, mañana conmemoraremos todos los fieles difuntos. La liturgia del 2 de noviembre y el piadoso ejercicio de visitar los cementerios nos recuerdan que la muerte cristiana forma parte del camino de asimilación a Dios y que desaparecerá cuando Dios será todo en todos. Si bien la separación de los afectos terrenales es ciertamente dolorosa, no debemos tener miedo de ella, porque cuando está acompañada por la oración de sufragio de la Iglesia, no puede quebrar los profundos lazos que nos unen en Cristo. En este sentido, san Gregorio de Nisa afirmaba: "Quien ha creado todo con la sabiduría, ha dado esta disposición dolorosa como instrumento de liberación del mal y posibilidad para participar en los bienes esperados (De mortuis oratio, IX, 1, Leiden 1967, 68).
Queridos amigos, la eternidad no es "un continuo sucederse de días del calendario, sino algo así como el momento pleno de satisfacción, en el cual la totalidad nos abraza y nosotros abrazamos la totalidad" (encíclica Spe Salvi, 12) del ser, de la verdad, del amor" (Benedicto XVI, Ángelus, 1-noviembre-2010).

Imprimimos a Cristo en nosotros -el Espíritu, mejor dicho, es quien lo imprime- por la participación activa, plena, consciente e interior en la santa liturgia, en la comunión eucarística, en la vida sacramental, en el sacramento de la Penitencia, en las horas de adoración eucarística y de oración personal.
¡Santos!

Es posible porque Dios nos ha "programado" para que seamos capaces; porque Cristo se ha empeñado en ello; porque el Espíritu no deja de labrarnos por dentro.

¡Santos! Por toda la eternidad, junto con una muchedumbre inmensa, anónima, de santos que fueron rostro, presencia y palabra viva de Cristo.


8 comentarios:

  1. Qué hermoso, don Javier. Junto al Señor, hermanos, amigos, aliados, los santos nos esperan

    Feliz día de Todos los Santos

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  2. Qué alegría, D. Javier, pensar que todo, todo, se lo debemos a Él, porque así lo tiene dispuesto y me ha escogido para ello. No quisiera defraudarle jamás.

    Que pasen un precioso día de Todos los Santos.

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  3. Qué textos tan buenos nos trae don Javier en el día de hoy.
    No dejemos de cumplir el compromiso de este blog-comunidad para que así, si no lo llegamos a hacer aquí, al menos en el cielo nos demos todos un gran abrazo.
    No dejemos de pedir al Espíritu Santo que grabe en nosotros la imágen de Cristo. Entonces, dentro de algunos años, esta fiesta será también la nuestra.

    (Me imagino a S. Pedro diciéndome: menos mal que entrastes en un blog y hubo algunos que rezaron por tí, sino no pasas ni en broma)

    Feliz día de Todos los Santos.

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  4. Imprimir a Cristo en nuestros corazones, en nuestra vida.Es el Espíritu quien lo imprime. seamos dóciles... dejémonos conducir...
    ¡Muchas gracias Don Javier, por esta catequesis
    tan extraordinaria!
    ¡Feliz día de todos los santos!
    Rezad por mi madre, está hospitalizada.

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  5. Julia María:

    Los santos nos animan desde el cielo además de esperarnos. Pensemos lo que dice la carta a los Hebreos: una nube de espectadores nos contemplan... Piénsese en un gran estado olímpico, el graderío los santos, nosotros abajo y ellos animando, hasta -permítase el humor- apostando por nosotros.

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  6. Buenos días don Javier. Otra entrada redonda para imprimir y meditarla bien durante la semana.Un abrazo.

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  7. Capuchinos:

    Desde luego, esperemos no defraudar ni al Señor ni a nuestros hermanos. La caridad que nos une sufre si defraudamos: ¡no lo consintamos!

    Aprendiz:

    ¡¡Menos mal que le gustan los textos que
    traigo!! (je,je) No todo puede ser siempre y directamente de mi cosecha, querido amigo.

    Yendo a lo serio y ya sin bromas: la oración unos por otros que Vd. recuerda, yo le otorgo mucha importancia, porque así pasamos de ser curiosos que entran en un blog, a ser hermanos que aunque no se conozcan personalmente, van juntos aprendiendo y compartiendo en la misma dirección.

    Ya lo de san Pedro... lo mismo le dice que se equivocó de blog. No se fíe, no se fíe.........

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  8. Marian:

    Me alegro de que le guste y le sirva esta entrada, renovando el camino de fidelidad a Cristo en la vocación a la santidad.

    Rezamos (y rezo) por su madre.

    Angelo:

    Miraré el directorio. Gracias.

    NIP:

    Cuando un ingeniero califica algo de "redondo", ¿Eso es bueno? ¿No es mejor lo lineal con buenos pivotes y cimentación? En fin, preguntas de un profano en la materia...

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