martes, 27 de julio de 2010

Misterio de la Eucaristía

La Eucaristía “es el centro de la vida de la Iglesia” (Eucharisticum Mysterium, 1; RCCE 1); sin la Eucaristía la Iglesia no puede existir ni ser, porque la Iglesia, en cuanto Iglesia, es eucarística. La Eucaristía contiene todo el bien espiritual de la Iglesia porque contiene al Autor mismo de la santidad, y todos los sacramentos se ordenan a la Eucaristía y en ella alcanzan su plenitud. La Eucaristía es el Gran Sacramento. 


“La celebración de la Eucaristía es el Centro de toda la vida cristiana, tanto para la Iglesia universal como para las asambleas locales de la misma Iglesia. Pues «los demás sacramentos, al igual que todos los ministerios eclesiásticos y las obras del apostolado, están unidos con la Eucaristía y hacia ella se ordenan. Pues en la sagrada Eucaristía se contiene todo el bien espiritual de la Iglesia, es decir, Cristo en persona, nuestra Pascua y pan vivo que, por su carne vivificada y que vivifica por el Espíritu Santo, da vida a los hombres que de esta forma son invitados y estimulados a ofrecerse a sí mismos, sus trabajos y todas las cosas creadas juntamente con él»” (RCCE, 1).

    La doctrina eucarística está muy bien desplegada en Eucharisticum Mysterium. Distintas facetas posee la Eucaristía, vertientes de un mismo Misterio, y para entender la Eucaristía hay que considerar la totalidad de los aspectos, o, como dice EM, “conviene, en efecto, que el misterio eucarístico, considerado en su totalidad bajo sus diversos aspectos, brille ante los fieles con el esplendor debido, y que se fomente en la vida y en el espíritu de los fieles la relación que, según la doctrina de la Iglesia, existe objetivamente entre los aspectos de este misterio” (n. 2), alertando así frente a las desviaciones eucarísticas negando una faceta o destacando otra de tal forma que se convirtiese en la única dimensión.

    Las tres dimensiones inseparables de la Eucaristía son: Sacrificio, Memorial y Banquete. 
 
  • El Sacrificio es la entrega del Señor en la cruz, realizada de una vez para siempre, cumbre de la redención. 
  • El Memorial es la actualización de ese mismo Misterio que se hace presente cada vez que se celebra la Eucaristía; no es memoria psicológica, ni una evocación afectiva o piadosa, sino presencia del Misterio real y con su misma capacidad salvífica; 
  • y es Banquete porque la Eucaristía es el pan de la vida, dispuesto para ser comido y ser adorado; Banquete pascual, con su contenido explícitamente religioso y no secularista, y con un matiz escatológico, pues prefigura el banquete de Bodas del Cordero.

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