domingo, 25 de abril de 2010

El Cordero degollado, Cristo, recibe el homenaje de cielo y tierra

¡Pascua!

El libro del Apocalipsis, tan amado y leído en el ciclo pascual del rito hispano-mozárabe, y que inspira los Códices y Beatos, que el románico igualmente recogerá, ofrece la visión gloriosa del cielo.

Cristo es el Cordero degollado que está en pie, victorioso, y recibe el homenaje de los ancianos, de los vivientes y de los ángeles.


¡Pascua!


El Cordero degollado fue sacrificado, pero su sangre derramada es asperjada para dar vida.


¡Pascua!

¡Ha resucitado Cristo Jesús!


El canto "Sacrificium" del día de Pascua en el rito hispano-mozárabe señala así al Cordero glorioso:


"He aquí el cordero de Dios, que quita los pecados del mundo, aleluya.

V/. Díganlo los redimidos por el Señor, los redimidos de la mano del enemigo.
R/. Que quita los pecados del mundo, aleluya.

V/. Gloria y honor al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.

R/. Que quita los pecados del mundo, aleluya".


Así se canta, con tono pascual, con alegría, con resonancias escatológicas, durante la solemne Fractio Panis del rito hispano-mozárabe en nueve partes:


"Venció el león de la tribu de Judá,

la raíz de David, aleluya".

Sí, venció. Aleluya.
Y sostiene a su Iglesia en la persecución. Aleluya.

Y nos lleva al cielo. Aleluya, aleluya.

No hay comentarios:

Publicar un comentario