sábado, 15 de agosto de 2009

¡Gloria a Ti, Señor, por la Asunción de Santa María!


Entrelazando los textos litúrgicos de hoy, nos podremos dirigir a Dios ensalzando su obra maestra, la Virgen María, y así nos acostumbraremos a orar con los textos eucológicos, meditar en ellos y saborear la doctrina de la fe.

“¡Qué pregón tan glorioso para ti, María! Hoy has sido elevada por encima de los ángeles y con Cristo triunfas para siempre” (Ant. Entrada Misa Vigilia de la Asunción).


“Porque te has complacido, Señor, en la humildad de tu sierva,
la Virgen María,
has querido elevarla a la dignidad de Madre de tu Hijo
y la has coronado en este día de gloria y esplendor;

por su intercesión, te pedimos que a cuantos has salvado
por el misterio de la redención
nos concedas también el premio de tu gloria”.


¡Gloria a Ti, Señor, gloria a Ti!

“Dios todopoderoso y eterno,
que has elevado en cuerpo y alma a los cielos
a la inmaculada Virgen María, Madre de tu Hijo,
concédenos, te rogamos,
que aspirando siempre a las realidades divinas

lleguemos a participar con ella de su misma gloria en el cielo”.


¡Gloria a Ti, Señor, gloria a Ti!
“Por la intercesión de la Santísima Virgen María,
que ha subido a los cielos,
haz que nuestros corazones, abrasados en tu amor,
vivan siempre orientados hacia ti”.

¡Gloria a Ti, Señor!,
“porque hoy ha sido llevada al cielo
la Virgen, Madre de Dios;
ella es figura y primicia de la Iglesia que un día será glorificada;
ella es consuelo y esperanza de tu pueblo,
todavía peregrino en la tierra.
Con razón no quisiste, Señor,
que conociera la corrupción del sepulcro la mujer que,
por obra del Espíritu,
concibió en su seno al autor de la vida, Jesucristo”.

¡Gloria, gloria a Ti, Señor!

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